Menos, es más: cómo el enfoque profundo puede duplicar tu productividad
- Ama Peraza
- 20 abr
- 2 Min. de lectura

Durante mucho tiempo pensé que ser productiva era sinónimo de estar ocupada. Llenaba mi agenda, saltaba de una reunión a otra, respondía mensajes mientras almorzaba y me sentía orgullosa de tachar tareas sin parar. Pero al final del día, sentía que no avanzaba en lo verdaderamente importante. Y lo peor: mi energía se evaporaba sin dejar huella.
Hasta que entendí algo que cambió todo: Más no es mejor. Mejor es mejor.
El momento en que todo hizo clic
Sabes que siempre pruebo métodos y un día, agotada y frustrada, decidí poner en práctica el concepto de Deep Work (Trabajo Profundo), que fue creado por Cal Newport.
Básicamente dice que es la capacidad de concentrarte sin distracciones en una tarea cognitivamente demandante. Y fue como una luz encendida en medio del ruido: eso era lo que me faltaba.
El principio es "No más hacer mil cosas al mismo tiempo". La idea es enfocarnos en una sola actividad, sobre todo si requiere concentración especial, es por eso que lo uso en semanas agotadoras donde debo enfocarme en informes, presentaciones o análisis.
Desde ese día no siento más culpa por no contestar cada mensaje al instante. Y empecé a practicar el enfoque profundo… Un secreto me ayudó mucho con música clásica para evitar el ruido externo o las interrupciones y los resultados fueron impresionantes.

¿Qué cambió?
Implementé dos cosas clave en mi rutina diaria:
1. Bloques de enfoque real
Diseñé mi día en bloques de tiempo dedicados solo a una tarea específica. Durante ese bloque:
Apago notificaciones
Cierro pestañas innecesarias
Pongo música instrumental (mi favorita: lofi para concentrarme)
Le aviso a mi equipo que estaré offline un rato
Una hora de trabajo real, sin interrupciones, puede rendir más que tres horas a medias.
2. Agenda con intención, no por obligación
Empecé a planificar mi semana dejando espacio para pensar, respirar y simplemente hacer mejor, no más. Agendé mis bloques de enfoque como citas conmigo misma. Priorizo lo importante, no lo urgente. Y aprendí a decir que no (¡con cariño!) a tareas que no sumaban.
¿Cómo puedes empezar tu?
Te dejo algunos pasos simples para probar esta forma de trabajar:
✔️ Elige una tarea importante que vienes postergando✔️ Agenda un bloque de 90 minutos mañana para hacer solo eso✔️ Apaga las notificaciones (sí, incluso WhatsApp)
✔️ Coloca el teléfono en modo avión o en otra habitación✔️ Ten una pausa de 5 minutos después, sin culpa✔️ Repite esto dos o tres veces por semana
Vas a notar el cambio.
Productividad real = bienestar
Descubrí que ser más productiva no es solo hacer más cosas. Es sentir que estás avanzando, que tiene claridad, y que tu energía se invierte en lo que realmente importa.
El enfoque profundo me ayudó a trabajar menos horas… pero con resultados más grandes, más claros y más alineados conmigo misma.
Hoy, si algo me hace sentir bien, enfocada y en paz, lo agendo. Porque la productividad con propósito también es una forma de cuidarte.
Gracias por leerme. Si te animas a probar esta forma de trabajar, me encantaría leerte en los comentarios o que me escribas cómo te fue. 💬
Con cariño,
Ama